Una mañana con el BMW M4 Competition: Emoción y alma en cada kilómetro
Cuando coges por primera vez la ficha técnica, tus ojos se fijan en las cifras. Peso: 1725 kg, y ya quieres fruncir el ceño, un poco pesado. Una transmisión automática con convertidor de par en lugar del conocido DCT y la falta de una caja de cambios manual – parece que los fabricantes se olvidaron de esas sensaciones reales que te ofrece la mecánica. Pero entonces la potencia de 503 CV y el par motor de 650 Nm te hacen sonreír, un gran potencial de puesta a punto se esconde en el motor S58.
Sin embargo, hace tiempo que entendí que juzgar un coche por sus especificaciones es como juzgar un libro por su portada. Lo que importa son las sensaciones, la adrenalina que sientes al pisar el acelerador, escuchar el rugido del motor y sentir cada célula de tu alma.
Y así me pongo al volante. Los primeros minutos – y todas mis dudas se disipan como la niebla matutina. Este M4 Competition, el último de los BMW de gasolina, lleva con orgullo su insignia M. Dice: “Todavía estoy aquí, y estoy listo para darte esas emociones que recordarás en tu vejez”.
Bajo el capó se encuentra un motor de seis cilindros en línea de 3 litros con doble turbocompresor. Este motor es el corazón del coche, latiendo con una potencia y una pasión increíbles. Construcción cerrada para mayor resistencia, cigüeñal forjado para mayor ligereza, sección central de la culata impresa en 3D – todo esto convierte al coche en una auténtica maravilla técnica. Sí, todos sabemos que el futuro es eléctrico, pero por ahora este motor nos hace recordar lo que son las sensaciones reales de conducir.
Y aún cuando miramos el M4 CSL, esta edición limitada que conmemora el 50 aniversario de la división M, vemos el futuro en el presente. El CSL es la cúspide del arte de la ingeniería. Es un coche de dos plazas con frenos de carbono-cerámica, capó y tapa del maletero de fibra de carbono, sistema de escape de titanio y numerosas modificaciones que lo hacen más ligero, rígido y rápido. Nos recuerda esos tiempos en los que los coches eran coches de verdad, no solo un medio de transporte.
Aceleras en la pista, y ahí está: la magia de verdad. Las turbinas empiezan a funcionar y el motor ruge como una bestia salvaje que se libera. La caja de cambios de ocho velocidades funciona tan suave y rápido que parece que anticipa tus deseos. Y ya vas corriendo por la carretera, sintiendo cómo te hierve la sangre en las venas y tu corazón late al ritmo del rugido del motor.
El M4 Competition no es solo un coche, es la encarnación del sueño de todo aficionado al automóvil. Te ofrece esas emociones y sensaciones que se graban en la memoria para toda la vida. Y cuando nos sentemos junto a la chimenea en nuestra vejez, recordaremos esos días en los que los monstruos de gasolina aún rasgaban las carreteras, dándonos momentos inolvidables.
Este es el último de los BMW M de gasolina, lo que nos hace pensar en el futuro, que no está lejos, pero mientras tengamos estos coches, debemos disfrutar de cada kilómetro, cada curva y cada momento pasado al volante. Porque son estos momentos los que hacen que nuestra vida sea brillante e inolvidable.
En el artículo trabajaron:
Fotógrafo: mpkhtn
Texto: mccarthy606